Freno al acoso escolar desde los compañeros: ¿quieres ser una cebra valiente?
El otro día en el insti, como otras muchas veces, vi cómo el que se dice llamar el REY, maltrataba a Juan (según el REY Juan es el pringao de mierda, de turno...). Pues bien, se acercó a él y mirándole a los ojos le dijo de todo menos guapo, y claro, pasó lo de siempre, me cagué encima, clavé la mirada en el suelo y me fui por patas… ¡menos mal que pasé desapercibido...! En el insti todos vemos lo que ocurre un día si y otro no, y todos calladitos…
Lo que pasa es que soy un débil de mierda, que me da miedo decir lo que pienso.
Creo que eso que hacen “El REY y su pandilla” es de cobardes, me gustaría mirarle a los ojos y decirle dos cositas, pero no paso del pensamiento a la acción… ¿y si entonces soy yo el elegido por él y me convierto en el “pringao de turno?”.
Me pasaría lo mismo, estaría solo, acojonado, ir al insti sería una tortura… no, mejor me quedo calladito, sin hablar, sin hacer, sin llamar la atención y disfrutando de mis colegas, y para convencerme a mi mismo me repito siempre lo mismo: “que cada uno solucione sus propios problemas” una frase que calma momentáneamente mi conciencia y mis remordimientos.
Pero mi forma de actuar debe ser una enfermedad contagiosa, porque los demás tampoco hacen nada… todos actuamos como si no pasara nada, nadie hace nada, y por no hacer, ni siquiera hablamos del tema, si no hablas de algo es como si no existiera… pero siento vergüenza de mi mismo y la verdad es que mi comportamiento me da un poco de asquito.
Y así pasan los días mirando para otro lado.
El otro día en Instagram leí que Gandhi dijo: “Un cobarde es incapaz de mostrar amor, hacerlo está reservado para los valientes”… y me hizo pensar.
Fue desde ese día que he decidido buscar una solución, y he comenzado a observar de cerca al REY Y SU PANDILLA, y me estoy dando cuenta que nunca actúan en solitario, cuando el REY actúa, solo lo hace cuando tiene detrás a sus lameculos, es decir, cuando se siente fuerte y protegido.
Además, sus victimas son chicos más bien solitarios, empollones… chavales que él considera “pringaos” que yo creo que para él son sinónimo de “no me voy a defender” o que si se defienden, como están solos va a ser fácil conseguir que claven la rodilla en el suelo.
¿Y si cambiamos las reglas del juego?
¿Y si cada vez que EL REY y sus colegas acosan, humillan o maltratan a alguien nos agrupamos inmediatamente y en masa, detrás de él haciendo bloque, y les plantamos cara? Así, que ellos sientan nuestra fuerza y decisión, nuestra seguridad.
Es decir, usar su misma estrategia la de la fuerza del grupo… Si ellos son cinco, nosotros quince, veinte, treinta… ¿qué pasaría si ya no se sintieran fuertes y pensaran que pueden perder, que ya no tienen nada que hacer?
¿Qué pasaría si “el pringao de turno” se sintiera apoyado y protegido?
¿Qué pasaría si todos nosotros, los que hasta ahora nos hemos comportado como cebras cobardes, sintiéramos que no hace falta pasar desapercibidos, que podemos plantarles cara, que no hace falta mirar para otro lado?
¿Qué pasaría si este problema lo hacemos propiedad de todos y lo resolvemos entre todos?
Voy a fundar el movimiento CEBRAS VALIENTES… y para empezar voy a hablar con mis colegas… me pongo manos a la obra, porque entre todos… ESTO LO VAMOS A CAMBIAR.
Alba Psicólogos
Especialistas en violencia desde 1986
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