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¿Y tú, sabes quién eres?


"Yo soy...” ¡Prueba a terminar esta frase! ¿A que no es nada fácil?


¿Cuántas veces habré oído esa pequeña frase, tan llena de contenido y que ni yo misma sé siquiera responder? Cuando me pongo a contestarla (o más bien a intentar hacerlo), suele pasar lo siguiente: empiezo, con total seguridad, diciendo algo cómo: “yo soy trabajadora…", y al segundo, empiezan a aparecer los matices: “bueno, soy trabajadora casi siempre, aunque a veces me cuesta mucho hacer las cosas, sobre todo las que tienen que ver con…”, “bueno, a veces tampoco, solo cuando...”


¿Ves? ¡Ya la he liado! Empiezo a dar más vueltas que una tonta en una feria, sin llegar a ninguna conclusión; solo me queda una maraña de incoherencias que se alejan de una definición clara, precisa y coherente sobre mí misma.


Y cuanto más miro el reflejo de mi espejo interior, más caigo en la cuenta de la gran complejidad de semejante pregunta. Aunque, si os soy sincera, tengo serias dudas de que exista una respuesta, clara, precisa y coherente.


Pero como los profesionales insisten tanto que es de suma importancia que me conozca a mí misma, que sepa quién soy... busco la respuesta. Vuelvo a ser de nuevo peonza, dando vueltas y más vueltas, reflexiono, pienso, recapacito, investigo para completar mi frase de: “yo soy...” pero sigo deambulando con un brújula que no me acerca al verdadero tesoro. ¡No sé cómo llegar! ¡Una ayudita, por favor! No sé cómo hacerlo…


Bueno, basta ya de este victimismo (que tanto me molesta de otros), toca poner orden y también manos a la obra, tratando de llegar a algunas respuestas ordenadamente.


Para empezar, reflexiono sobre lo curioso que resulta conocer a alguien y que por "muy pequeñito" que sea el contacto que hayamos tenido, suelo ser capaz de describirlo de forma bastante precisa. Cual lienzo en blanco, doy unas pinceladas y genero un boceto bastante aproximado, calibrado y ajustado.


A medida que voy conociendo más a la persona, se va diluyendo y difuminando... Es entonces cuando paso a ver sus incoherencias y sus matices, que no hacen sino enriquecer el sencillo y nítido boceto inicial; a la vez que restan claridad, dado que lo que hago es añadir un montón de claroscuros.


Volvamos a la tarea que nos generaba quebraderos de cabeza: cuando a quien tengo que describir es a mí misma. Es entonces cuando el boceto se convierte en un autorretrato con un cúmulo de pinceladas por aquí y por allá… y es que querer ver mi imagen a tan corta distancia, con la nariz pegada en el cuadro, es muuuuuuuy complicado. Que me pongan gafas estilo hipster, intelectual o moderno... porque lo cierto es que no veo “na´ de na´”.


A todo esto, añado otro elemento que lo complica: el cambio constante al que me somete mi vida. Hoy no soy la misma de hace diez años... y con toda probabilidad, espero que mi yo presente no tenga nada que ver con la persona que seré dentro de otros diez.


Aun teniendo en cuenta estas primeras reflexiones, puedo concretar y empezar a pintar mi imagen, mi autoretrato, bajo el título "Yo soy". Para la obra de arte, será necesario reunir el siguiente material:


1. Pinceles, un lienzo, óleo, acuarelas..., materiales de buena calidad y adecuados para alcanzar mis objetivos, empleando las preguntas poderosas.


2. Verlo con cierta distancia, es decir contemplar mi cuadro a la distancia adecuada, preguntando a los demás.


3. Aprender a aceptar críticas y dar las GRACIAS de verdad.


4. Reunir toda esa información para comenzar a reflexionar...


5. Emplear más preguntas poderosas dirigidas a MÍ misma.



Ejercicio 1.: Preguntas poderosas a los demás


1. Escojo a personas de mi confianza, aquellas que me conocen muy bien: un mínimo de cinco, un máximo de nueve.


2. Les pido que me escriban con total sinceridad cinco de mis debilidades y cinco de mis fortalezas.


3. Deben desarrollarlas, con una extensión de al menos cinco renglones cada una de ellas.


4. Es imprescindible asegurarles, que solo recibirán de mí un "gracias" sincero y no habrá ningún tipo de conversación sobre lo escrito.


5. Explicaré el objetivo del ejercicio y les dejaré total libertad para hacerlo o no.


6. Les daré las gracias sinceramente y nunca hablaré con ellos de lo escrito.


7. Leeré y anotaré las coincidencias. En ellas están los "yo soy… "


8. Reflexionaré sobre ello, utilizaré mis "yo soy..." de fortalezas, para tenerlas presentes; así como mis "yo soy..." de debilidades, para hacer planes de acción de cambio si así lo deseo.


A partir de aquí comienza el segundo ejercicio:



Ejercicio 2.: Preguntas poderosas a mí misma


1. Descubrir mis creencias, me dice mucho sobre mí misma, de cómo soy, lo que espero, deseo… las siguientes preguntas me las haré pensado en mí como madre, hija, pareja, hermana, amiga, psicóloga…


Yo he elegido para el ejemplo mi papel como madre (puedes inventarte todas las que quieras):

  1. Yo creo que mis hijos son...

  2. Yo creo que las madres debemos…

  3. La familia es...

  4. Mis hijos tienen que…

  5. Tengo que conseguir que mis hijos…

  6. Lo importante en la relación con mis hijos es que…

  7. Las madres tenemos que...

  8. Los hijos nunca deben…

  9. Es inadmisible que una madre…

  10. Es necesario que yo como madre…

  11. Lo que esperan mis hijos de mí es…

  12. Lo que yo tengo que dar a mis hijos es…

  13. Mis hijos tienen que ser…

Busca coincidencias, repeticiones… ¡y ahí tienes tus "yo soy…"!


2. Descubrir TUS VALORES, es otro ejercicio de reflexión muy útil. Para ello, contesta a estas preguntas al menos doce veces y comprueba que es lo que se repite una y otra vez con la última contestación. Ahí están algunos de tus "yo soy…"

  1. ¿Para qué te levantas cada día? Me levanto para ver el sol, el cielo… ¿Para qué quieres ver el sol, el cielo…? Para disfrutar ¿Para qué quieres disfrutar? Para sentir alegría, paz… ¿Para qué quieres sentir paz, alegría? Para sentirla y repartirla a los que tenga alrededor… Así hasta 12 veces. Busca las repeticiones y sigue el mismo proceso con el resto de las preguntas que os mostramos a continuación.

  2. ¿Qué te mueve en la vida?

  3. ¿Para qué quieres vivir?

  4. ¿Para qué quieres disfrutar?

  5. ¿Para ti que es importante en la vida?

  6. ¿Qué estás haciendo que no deberías estar haciendo?

  7. ¿Qué haces para no ser feliz?


Con estos elementos puedes ir acercándote a saber “un poquito” más sobre quién eres realmente… Recuerda lo que decía Oscar Wilde: “solo los superficiales llegan a conocerse a sí mismos” .


Un beso muy grande, seas quien seas.

Alba Psicólogos

Avda. Príncipes de España, 41 (28823 - Coslada, Madrid)

hablamos@albapsicologos.com 91.672.56.8

Imágenes texto: https://pixabay.com/en

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