¿Es posible implantar recuerdos falsos en el cerebro?
En 1987, Nadean Coool, ayudante de enfermería en Winsconsin, acudió a un psiquiatra en busca de terapia por un trauma que había sufrido por su hija. Durante la terapia el psiquiatra usó hipnosis y otras técnicas sugestivas que sacaron a la luz recuerdos olvidados de abuso que ella misma había experimentado. Logró recordar que había estado en un culto satánico, que había sido violada, que había tenido relaciones sexuales con animales y que había sido obligada a ver el asesinato de un amigo suyo de la infancia. Llegó a creer que había tenido más de 120 personalidades distintas y que había sufrido maltratos y abusos cuando era pequeña. Cuando se dio cuenta que esos recuerdos eran falsos por la inverosimilitud de algunos de ellos demandó al psiquiatra y en marzo de 1997 se resolvió el asunto con una indemnización de más de dos millones de dólares.
Otro caso similar fue el de Beth Rutherfor, al que un consejero de la iglesia “ayudó” a recordar que su padre, un clérigo, había violado a niños de entre 7 y 14 años con la ayuda, en algunas ocasiones, de su propia madre. También con la ayuda del terapeuta consiguió recordar que su padre la había dejado embarazada y que abortó, pero en un examen se determinó que ella era virgen y que nunca había estado embarazada. Por todo esto, fue demandado y ella recibió una compensación de un millón de dólares en 1996.
Muchas investigaciones han demostrado que en algunas circunstancias nuestros recuerdos no son todo lo fiables que pensamos.
La memoria es fácilmente modificable y los recuerdos originales se pierden con el paso del tiempo. La mala información o los interrogatorios sugestivos o incluso cuando leemos una información en un periódico puede hacer que modifiquemos lo que recordamos de un hecho de nuestro pasado.
Recordar, mediante la implantación de recuerdos falsos en el cerebro, cosas que en realidad no han sucedido es un concepto tratado en la ciencia-ficción, pero también se ha comprobado que es real… LA MEMORIA ES MODIFICABLE.
En un caso clave hacia el esclarecimiento completo de cómo surgen esos falsos recuerdos, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, han verificado que hay una vía que permite implantar falsos recuerdos en los cerebros de ratones, han comprobado que muchas de las huellas cerebrales dejadas por estos recuerdos falsos son idénticas en naturaleza a las dejadas por los auténticos recuerdos.
En otras palabras, tanto si el recuerdo es auténtico como si es falso, el mecanismo neural que subyace en el proceso de rememorar el recuerdo almacenado es el mismo. Se han obtenido evidencias de que, para cada experiencia que vivimos y memorizamos, los recuerdos se almacenan en redes de neuronas que conforman estructuras conocidas como engramas, además han mostrado que son capaces de identificar las células que forman parte de un engrama para un determinado recuerdo, y reactivarlo, pudiendo modificarlo y creando con ellos recuerdos falsos, añaden, quitan, modifican…es decir, cambia el recuerdo original, creando otro nuevo.
Ahora ya es posible alterar el contenido de los recuerdos en el cerebro, los científicos comienzan a plantearse cuestiones que hasta no hace mucho eran exclusivas de la ciencia-ficción. Por ejemplo, “¿es posible elaborar de modo artificial recuerdos falsos de sucesos placenteros así como de sucesos desagradables?”
Alba Psicólogos
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