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El eustrés y el distrés


¿Tienes estrés en su trabajo? No eres el único, el 10 por ciento de la población adulta mundial también sufre este problema, tal y como reflejan los informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


¿Quieres saber más? Pues sin que gastes comodín del público te lo chivamos: la cifra se eleva considerablemente en los países industrializados. Se calcula que en Estados Unidos el 43 % de los profesionales sufren sus efectos


De hecho, el problema alcanza tal magnitud, que aproximadamente

un millón se ausentan diariamente de su trabajo por este problema. Parece la enfermedad estrella del siglo XXI.


El estrés es una fuerza que se pone en marcha ante cualquier situación de incertidumbre, se podría representar visualmente como una balanza cuyos brazos se abren en el mismo momento en el que se penetra en un territorio desconocido.


¿Qué solución propones? Te damos una pista: la clave no reside en eliminar el estrés, sino gestionarlo adecuadamente.


Diferencias entre Eustrés y Distrés


Cuando aflora el Eustrés ante los desafíos, nos ayudará a superarlos, dado que agudiza nuestro intelecto y pone en marcha emociones que generan en nosotros positividad para afrontar dicha situación. En esta situación,el organismo produce unas sustancias llamadas neuropéptidos, que haciendo mano del Google Translator y traducido al castellano, se tratan de potentísimos analgésicos que tienen la capacidad de anular el Distrés.


Si esta situación de Eustrés se mantiene en el tiempo (durante más de 90 minutos), va a abrirse paso el Distrés, generando falta de claridad mental, vacilación en la toma de

decisiones y errores graves en el tipo de resoluciones que se llevan a cabo.


¡Añade a tus apuntes!: Las reacciones de Distrés no aparecen sólo cuando no nos recuperamos de un período de Eustrés mantenido. También se producen cuando hemos aprendido a sentirnos incapaces de hacer frente a los desafíos e incertidumbre. En este caso, es nuestra forma de pensar, esta incapacidad aprendida, la que gen era unos cambios físicos y mentales tan notables y profundamente limitantes. Uno de los orígenes de nuestro Distrés es nuestra incapacidad para decir “No” sin sentirnos culpables. ¿Por qué? Simple como la vida misma, decir “no” es un enorme desafío para nosotros, porque nos arriesgamos a ser rechazados.


Unido al “No” está la palabra: “Urgente”. Esta presión social, ¿dónde nace?. Aparece como resultado de no hacernos valer, de no poner límites, de no poner sentido común, de no escucharnos, de no sentar nos ni a hablar ni a dialogar con los demás. Nace del miedo.


El segundo de los orígenes es que con frecuencia no tenemos claras nuestras prioridades, dejándonos llevar por personas que decidan por nosotros. Hemos de reflexionar y elegir sobre lo que es prioritario, aquello que nos lleva hacia dónde queremos ir y desestimar donde no nos interese llegar.


El tercero de los orígenes reside en nuestra falta de coraje para dar la cara por nuestros valores. El hecho de decidir que va a ser valioso para nosotros nos lleva a descubrir nuestras prioridades y nos da la fortaleza para decir “No” a algo que sin ser valioso ni prioritario nos exige tiempo y hace además que nos olvidemos de todo aquello que paradójicamente daría el verdadero sentido a nuestras vidas. El cuarto es que nos cuesta muchísimo hablar con honestidad de nuestro sentir... y a base de no mantener una conversación clara de forma inminente, solemos esperar a que llegue la ocasión propicia, la cual nunca acaba de llegar.


Es cuestión de elección.


Ante la incertidumbre, lo desconocido, lo impredecible, los dispositivos de estrés se van a poner en marcha.


Si lo hacemos con miedo y desesperanza porque no nos creemos capaces, activaremos el mecanismo del distrés que nos impedirá efectivamente que lo seamos. Sin embargo si a pesar de la incertidumbre, en lugar de dejarnos llevar por el pánico y la rumorología, buscamos información, nos apoyamos en nosotros mismos y nos concentramos en lo que podemos llegar a ganar en lugar de lo que podemos perder, entonces se activará el mecanismo de eustrés que nos va a ayudar a descubrir posibilidades y a ver oportunidades que para aquellos que permanecen en el distrés permanecen veladas.



Alba Psicólogos

Avda. Príncipes de España, 41 (28823 - Coslada, Madrid)

hablamos@albapsicologos.com 91.672.56.82

Imágenes texto: https://pixabay.com/en

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